Características socioculturales de los niños trabajadores

El modelo familial de los niños trabajadores

El modelo familial del niño trabajador está a menudo vinculado con la emigración desde el campo, para buscar una vida mejor. a la periferia de las ciudades, y presenta sus propias características. Las familias son casi siempre numerosas, a veces con los abuelos, tíos /tías. Claro que hay una correlación entre zonas de emigración y pobreza. Para subvenir a las necesidades de la familia, los padres a menudo tienen un trabajo remunerado, pero éste es temporal (dos meses trabajando, un mes sin trabajo, luego un mes de trabajo después nada de nuevo.). Este trabajo puntual no basta a la supervivencia de la familia, entre alquiler, gastos y alimentación. Se habla en este caso de economía de subsistencia. Estos trabajos son casi siempre informales, dando derecho a un sueldo mínimo únicamente, sin seguro social, como por ejemplo vendedor de la calle, obreros jornaleros, chóferes, empleada domestica, empleada de limpieza.
La familia es el primer lugar donde los niños se socializan. El cambio y la adaptación difícil a las realidades de la ciudad ocasionan muy a menudo trastornos, así como una ruptura en la propia familia, perturbaciones, entre otros problemas constantes como veremos más adelante. El mismo concepto de familia sufre alteraciones y ya no sigue el modelo comunitario. A diferencia de la situación en el campo, la preponderancia del padre tiende a disminuir mientras el papel de la madre toma nueva importancia. Esta evolución va acelerando el proceso de madurez de los hijos, que van asumiendo cargos de adulto y de niño a la vez.
Las familias de niños trabajadores pueden ser « normales », con el esquema padre/madre, o consistir en el núcleo de una nueva unión, que sea padre/madrastra, madre/padrastro, monoparental, o también organizada alrededor de los abuelos, tíos, etc. cuando los padres tienen que ser ausentes a menudo, sobretodo el padre, para ir a la comunidad de origen con la cual se guarda relaciones fuertes, donde a veces tiene todavía terrenos cultivados en ciertas épocas del año.

Los niños trabajan casi siempre los sábados y domingos, a veces de noche, a veces todo el tiempo. Pueden ser aprendiz en un taller cualquiera, mecánico, taller de tejidos, de costura, etc. o vendedor en la calle (caramelos, carteras, gelatinas, mermeladas.), pueden ayudar en los transportes en común, lustradores de zapatos, empleados en casas. Los más jóvenes (hasta los 3 o 4 años) se quedan con su madre, luego se independizan, mucho más rápido que en las sociedades occidentales. Se quedan solos en las casas, acompañan a los mayores en sus trabajos. Nada extraño cuando los mayores les enseñan y les capacitan al futuro trabajo.

Su hogar, que sea casa o departamento, cuenta con un cuarto, cumulando las funciones e imponiendo una promiscuidad que no tiene nada de sano, sobretodo cuando otras personas que los aprendices comparten el lugar. Numerosos casos de violaciones se reportan, donde los padres se convierten en cómplices silenciosos. Obligados a compartir una o dos camas cuando la familia cuenta más de cinco miembros. Los niños asocian el hogar a un lugar potencial de riesgos. El alcohol que se consuma mucho no ayuda sino aumenta la posibilidad de peligro en el hogar.

La desintegración familial absoluta

La situación dificilísima de las familias que emigran genera a menudo una verdadera desintegración del núcleo familial. Se enfrentan a unas dificultades tremendas sobretodo económicas, al tratar de integrarse a la realidad urbana. El padre abandona la familia, caso más común aunque a veces es la madre que desaparece. Pero cuando esto ocurre, la madre empieza casi siempre una relación con otro hombre y este nuevo « padre » es a menudo violento hacia los hijos de la primera unión, hasta puede botarles de la casa familial. Los hijos entonces se vuelven niños de la calle.

Las perturbaciones familiares

Las perturbaciones familiares son otro problema. Todos los miembros de la familia viven bajo el mismo techo pero no mantienen las mismas relaciones con el hogar. Poco a poco la imagen del padre, tan importante en el campo, pierde su fuerza. Primero que la dinámica de supervivencia de los niños en la ciudad no implica siempre a los padres. Ellos a menudo para no decir siempre tienen más dificultades en adaptarse a esta nueva realidad que su progenitura. Por otra parte, los niños generan con su trabajo sus propios ingresos, rápido se sienten bastante independientes para tomar sus propias decisiones y desprenderse del núcleo familial, esto que reduce aun más la influencia de los padres.

El alcoholismo